Las inmensas riquezas de
la capital toscana ejercen un fascinante poder de atracción cuyos
efectos perduran en el alma para siempre. Cuna del Renacimiento, de
la lengua italiana clásica y de grandes genios de todos los órdenes
(artísticos, científicos, literarios…).
A la Galería de la
Academia hay que ir para ver el auténtico David
de Miguel Ángel
y también sus esculturas inacabadas.
En la Piazza
Della Signoria, epicentro político de gran
legado artístico, convergen el gótico Palazzo Vecchio y la Logia
Della Signoria. El segundo edificio corresponde a la lonja del siglo
XIV donde se celebraban los actos políticos, decorado con estatuas
de la talla del Perseo
de Cellini o El rapto
de las Sabinas de Juan
de Bolonia .En la misma plaza, la copia del David de Miguel Ángel y
del león de Donatello –símbolo de Florencia--, la fuente de
Neptuno y la estatua ecuestre de Cosme I de Médici, completan las
maravillas de este escenario.
Sin abandonar la plaza
acudimos a la Galería de los Uffizi,
con salas dedicadas a Botticelli (no perderse su Nacimiento
de Venus), Da Vinci, Miguel Ángel, Rafael,
Tiziano o Tintoretto. Como resulta imposible verlo todo, mejor
decantarse sólo por algunos artistas.
La basílica de la
Santa Cruz es un auténtico museo del gótico
y del renacimiento .Es el panteón particular de los grandes genios
toscanos, como Miguel Angel, Galileo Galilei o Maquiavelo.
Un paseo por el Ponte
Vecchio nos devuelve al alboroto de las
estrechas calles y al ambiente medieval que aún se percibe en sus
negocios, fundamentalmente orfebrerías. Son muchos los enamorados
que vienen hasta este puente para dejar candados como símbolo de su
amor.
En la Piazza
del Duomo, Brunellelschi firma la obra de
arte que más ha marcado la fisionomía florentina: la
catedral de Santa María
del Fiore. Los 463 escalones que conducen a
su impresionante cúpula ofrecen una panorámica inolvidable.
A pocos metros , el
Baptisterio de San Juan. Octogonal, revestido
de mármol y dueño de las tres puertas talladas en bronce más
famosas de la historía . La Puerta del
Paraíso es la más célebre y sus relieves
originales representan escenas del Antiguo Testamento.
A media mañana nada mejor
que tomar un capuchino. Las opciones del Caffé
e corneto (cruasán), son múltiples .Dos
buenas opciones son el moderno Astor Caffé (Piazza Duomo) o el Caffé
Rivoire (Piazza Signoria), un clásico para los amantes del
chocolate. También en la Piazza Della Repubblica o “piaza del
café” encontramos históricos establecimientos (Caffé Gilli,
Caffé Giubbe Rosse,Caffé Donnini,…)
Para conocer la noche
florentina intensamente (según la revista Viajar de 2009), dos
buenos locales son el Negroni (Via dei Renai, 17),con vistas al Arno;
y el Caffé la Torre (Lungarno Cellini ,65), donde también es
frecuente encontrarse con un concierto de jazz, blues o música
látina.
Fuente: Revista Viajar 2009. Especial Italia. Resumen Juana M. Infante
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